El Síndrome X Frágil (SXF) es la forma más común de discapacidad intelectual hereditaria. En la población general, uno de cada 4.000 varones y una de cada 8.000 mujeres presentan este síndrome y se ha estimado que una de cada 250 mujeres es portadora sana de la mutación. Clínicamente fue descrito por primera vez en 1943 por J. P. Martin y J. Bell en pacientes que presentaban déficit intelectual y cognitivo en los rangos de leve a moderado, macroorquidismo y en el cariotipo, un sitio frágil en la región terminal del cromosoma X.
Hasta el año 1991, el diagnóstico de este síndrome se realizaba a partir de la historia familiar y el cariotipo. Oberlé y Cols identificaron la mutación en el gen FMR1, (Fragile X linked Mental Retardation type 1), que se ubica en Xq 27.3 como responsable del síndrome.
Esto permitió conocer que en esta área además del gen FMR1, existe una secuencia de tripletes repetidos (CGG)n y una isla CpG. El número de tripletes es variable en la población general, los individuos normales pueden presentar entre 6 y 55 copias, los cuales son transmitidos de manera estable de una generación a otra.
Sin embargo al aumentar el número de repetidos, sobre 60, surge la inestabilidad especialmente durante la formación de los gametos; pudiendo llegar a más de 1000 tripletes repetidos, con hipermetilación de la isla CpG y falta de expresión de la proteína FMRP,
responsable de las manifestaciones clínicas del Síndrome.
Síntomas
Retraso en el desarrollo de las habilidades del habla y del lenguaje, así como también de las habilidades motoras, como sentarse y caminar
Problemas de aprendizaje, como dificultades con la lectura (dislexia), la comprensión o las matemáticas
Problemas de conducta, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o los síntomas del trastorno del espectro autista
Problemas psicológicos, como la ansiedad y la depresión
Problemas con la motricidad fina y gruesa, memoria, juicio y procesamiento de información
A veces, el síndrome triple X puede estar asociado a estos signos y síntomas:
Pliegues verticales de la piel que cubren las esquinas internas de los ojos (pliegues epicánticos)
Ojos muy espaciados
Dedos meñiques anormalmente curvados
Pie plano
Forma anormal del esternón
Tono muscular débil (hipotonía)
Convulsiones
Anomalías renales
Insuficiencia ovárica prematura o anomalías ováricas
Developmental delays
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